domingo, 2 de septiembre de 2012

¡La comunicación que queremos!



Cuando decimos comunicación no debemos reducir el concepto a la mera transmisión de información difundida por los medios masivos. Tampoco la entendemos como una actividad comercial plausible de intercambiarse en el mercado. Mucho menos como el marketing, la publicidad o el simple conocimiento traspasado de uno/a a otro/a.
Para nosotros/as, la comunicación es el conjunto de prácticas simbólicas, culturales, políticas que implican el re-conocimiento mutuo, simbiótico. El análisis crítico de la vida cotidiana nos permite desnaturalizar la realidad cultural, política, económica y social, poniendo en juego nuestros conocimientos y creatividad aprehendidos, en pos de eliminar las desigualdades y las opresiones. A su vez, esta práctica fomenta a construir redes sociales, lazos inter-subjetivos que llevan a creaciones conjuntas y resignificaciones, y a la búsqueda de nuevos sentidos frente a lo instituido, a lo injusto, a lo excluyente, a lo dominante. Así, el fin último de la comunicación consiste en pensar una sociedad abierta, participativa, plural, es decir, realmente democrática. El trabajo en el campo de la comunicación debe desarrollar espacios de socialización y producción de experiencias, impulsando una tarea informativa, organizativa, democratizante, pedagógica, dialógica y artística. Porque estamos convencidos/as de ello es que impulsamos y promovemos este encuentro.

La dinámica del Demoliendo Teles consiste en paneles sobre diversas áreas temáticas, en los que expositores/as abren el debate acerca de las perspectivas existentes dentro del campo comunicacional. Una de las particularidades de este encuentro es que se piensa y se organiza “por y para” los estudiantes; de esta manera, pueden empezar a repensarse como sujetos activos interventores del espacio universitario y la sociedad. Otro rasgo característico es la participación, como protagonistas (expositores, talleristas, etc.), de diferentes actores/as sociales que han logrado materializar este paradigma antes mencionado y se han transformado en multiplicadores/as de experiencias alternativas y de resistencia. La gran diferencia con respecto a otros eventos de similares características es la decisión, no sólo de priorizar el tiempo para las exposiciones, sino, fundamentalmente, fomentar el debate y permitir la participación de quienes asisten al encuentro, no como meros/as espectadores/as de un Reality Show, sino como protagonistas.

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